sábado, 6 de agosto de 2016

Un simulacro en Valencia

Dicen la gente que me conoce que siempre voy contrario a todo, que vivo quejándome y que las cosas que me suceden a mí no les ocurren a nadie. 

Sobre todo esto; solo tengo que añadir que tienen razón; en parte. Porque no siempre voy contrario ni vivo quejándome por todo; pero si es cierto que me pasan cosas; raras no, lo siguiente.

Resulta que en mi viaje a Valencia, en el cual tal y como le comentaba en mi última entrada "Con un cubano es suficiente" a pesar de no visitar ni la mitad de los lugares que tenía en mente; uno al que si no podía dejar de ir era la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Pero una vez allí, comenzó la tragedia.

Estaba haciéndome unos selfies como de costumbre, cuando veo moverse algo en el agua. Me acerqué un poco más y efectivamente había algo en el agua, y se estaba moviendo. 

Parecía un animal, pero era muy pequeño para que solo se le viera sacar la nariz cuando respiraba. Parecía como un foca, o un león marino, pero era demasiado pequeño; tenía un poco de los dos. Muchos de los espectadores que a esas alturas me hacían compañía, se preguntaban también como había llegado a ese lugar. ¿Se habrá escapado por las alcantarillas? 

Algunos de los presentes querían adentrarse en el agua para cogerlo, pero yo me negaba con temor a que se escapara; y entonces habría sido en vano aquella hora de espera. ¿Qué tal si resultaba ser una especie nueva? Ya me veía contando la historia en la tele o en internet.  

Para cuando logré que una trabajadora de allí llegara al lugar a ver al animal, ya éramos una multitud. Todo el mundo poniendo todas sus fuerzas en que no se escapara mientras llegaba un oficial a cargo.

Si es cierto que me molesté muchísimo al hablar con uno de los guardias de seguridad y mientras le comentaba, me di cuenta enseguida que no me creía; pensaba que se trataba de una broma ¿Cómo iba a jugar con algo así? Había una vida en peligro. Es por eso que en cuanto vi que no venía ningún guardia, les ordené al público presente que hicieran vídeos y subieran a internet para que todo el mundo lo viera.

Cuando llegó un coche con varios agentes de seguridad y trabajadores del lugar, ya uno de los presentes se había quitado los zapatos y doblado el pantalón para tratar de llegar al animalito. Lo sucedido después de eso, no quisiera ni recordarlo.

Cuantas ofensas a aquellos guardias para lograr que llegaran allí, hice salir de sus puestos de trabajos a varios trabajadores; toda una multitud, gente por doquier pendiente a aquello; lo que finalmente terminó siendo un juguete de plástico. 

¡Qué bochorno! No sabía dónde meterme, que vergüenza después de todo. Casi tres horas derrochadas sobre aquella causa, que resultó ser un león marino perdido que algún niño dejó en aquellas aguas de la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

El regresar a Valencia es un hecho, el visitar nuevamente la Ciudad de las Artes y las Ciencias, tendría que replanteármelo. 
 

miércoles, 27 de julio de 2016

Con un cubano es suficiente, ya dos; tienes que pensártelo

Jamás imaginé que viajaría en un +BlaBlaCar directo Salamanca-Valencia; es poco probable que de ahora para ahorita aparezcan ese tipo de cosas; pero como dirían en Cuba; uno tiene su aché

Y así fue; casi seis horas de viaje sin moverme de aquel asiento, hablando de todo cuanto nos viniera en mente; yo tratando de sobrevivir al sueño que hacía cuanto estaba a su alcance por dominarme; y el chófer que no quería quedarse sin nadie con quien conversar, haciendo de tripas corazones para que no sucediera. Finalmente para las 19h00 ya estábamos en aquel precioso lugar.

Llevaba todo un itinerario de viaje; recomendaciones de los lugares que debería visitar, horarios, así como ofertas y descuentos para estudiantes. Pero como casi siempre suele suceder, no hice ni la mitad de las cosas que me propuse. 

Uno de los sitios que me recomendaron para ese fin de semana y de gran interés para los turistas era una feria que se iba realizar en el río; y allí estaba yo rodeado de mis amigos. Estos llamaron a otros tantos, esos a otros más y sobre las 21h00, éramos alrededor de doce cubanos en un mismo lugar. 

Uno es dueño de una Agencia de Viajes +valencuba valencia. Una es nacida en la isla aunque desde sus siete años vive en España. Otra de padre cubanos, y otra es casada con uno de mis paisanos. Médicos, doctores, estomatólogos, ingenieros, bailarines profesionales. Rumberos todos.

Para el final de la noche y para los días que seguían, salsa cubana en abundancia; como dirían en la isla "es preferible que sobre a que nos falte"

Quizás no haya disfrutado al cien por ciento de las bellas vistas, de los lugares, de los paisajes, pero los antros valencianos no nos faltaron durante todo el fin de semana.

Llegábamos a las discos a hacer de las nuestras; a los que viven hace mucho tiempo allí, la gente los conocen ya en los lugares como a Nodal; que llegó a Valencia dando clases de salsa y allí se quedó; entre otras cosas, dando clases de salsa cubana.

Me dolían los pies, el cuerpo, la vida y el alma de tanto bailar; pero hasta el último momento en que cerraban el antro no paraba de moverme. Es cierto que no visité muchos lugares de interés, pero si me dieran la oportunidad de echar atrás en el tiempo y revivir otro de mis grandes paseos, volvería a repetir mi viaje a Valencia íntegro de punta a cabo. Quizás, las visitas a los antros con menos cubanos; más facilidad para entrar a los lugares, menos coches, menos gente para controlar, menos borrachos, menos personas haciendo coreografía y menos dirigiéndolas.

Es que cuando se reúne un grupo de cubanos, te puedes esperar cualquier cosa. Somos tan revoltosos que hay que cogernos miedo. No importa cuanto tiempo estemos fuera de la Patria, pero cuando vemos a unos paisanos disfrutando de esa música y con ese swing que nos caracteriza, queremos formar parte de ello. Somos así; está en nuestra sangre.

Hay un dicho que repetía mi abuela, que nos viene como anillo al dedo y que decía más o menos así: Cuando veas a un cubano en una esquina, eso es una idea. Cuando veas dos o tres, es un pensamiento. Ya cuando veas más de cuatro; corre que ya lo tienen todo en mente.

Y es que con uno es suficiente, ya dos; hay que pensárselo. 

Oceanográfico de Valencia
La Ciudad de las Artes y las Ciencias

miércoles, 18 de mayo de 2016

Hacer el amor de mil maneras

Un día de esos, cuando Viajando sin ropa de invierno no pasaba de ser, el medio que utilizaba para hacerles saber a mis amigos sobre mis vivencias acá en la madre patria. Bajé a la hora de la cena con una mini agenda y un lápiz para tomar nota, porque quería escribir sobre las diferentes expresiones que empleamos en Latinoamericana para referirnos a cosas específicas, y así darlas a conocer en una de mis entradas del blog.

Recuerdo el güey de Alejandra cuando pregunté como le decían a los chicos en México. 

También está el boludo que cariñosamente Agostina emplea en sus frases cada vez que me regaña: Ponte a estudiar boludo dejáte de boludear¿Qué haces boludo?

El ON FIRE  de la uruguaya o el FILOSO de Guillermo refiriéndose a cuando una persona está cachonda (en España); hablando en cubano, CALIENTE.

La conversación tomó otro rumbo y de pronto alguien preguntó ¿Cómo se dice hacer el amor en cubano? En ese momento no supe ni que responder, todos dieron sus frases, pero de todos los países; Nuestro México lindo y querido se llevó el premio gordo; no sólo por la variedad sino porque no más escucharlas, te montas unas escenas que ni para qué contarles.

En ese momento me quedé con el aquello; pero le dí tantas vueltas a la pregunta que me propuse investigar al respecto no sólo en América Latina sino en el mundo entero. 

He aquí el resultado de mi investigación:

En Albania por ejemplo refiriéndose a HACER EL AMOR una traducción de "Puno tokën" sería "arar la tierra", en ruso "Lysogo v kulake gonyat" y en inglés To pet one´s monkey sería "acariciar al mono", en Alemania sería "limpiar la zanahoria" y la expresión india "kaam ho gaya", se refiere a "el trabajo ha sido completado".

El diccionario Greens Dictionary of Slang, del lexicógrafo inglés Jonathon Green, asegura que la humanidad entera ha empleado su inventiva en la sexualidad más que en ningún otro tema.

Los mexicanos pudiera hacer un tratado de combinaciones relacionadas con la cópula, muestra de ello son las frases como: "meterle el muñequito a la rosca", "te voy a chequear el aceite", "vamos a ponerle carnita al tamal", "vamos a ponerle Jorge al niño", "despeinar la cotorra", "mojar la brocha", "azucarar el churro" o "arreglarte el enchufe", entre otros de una extensa lista.

En Cuba sin embargo desde pequeño ya estamos disfrazando el término. Igual vamos a "jugar al papá y a la mamá" o a "las casitas", "hacer cositas malas", "cuchicuchi" o "ñaca ñaca" para referirnos a aquello que no podía decirse ante los adultos.

De hecho, me atrevo asegurar que "acostarse" o "templar" no son denominaciones necesariamente vulgares, más bien naturales de nuestro país. Si los españoles "follan" y los argentinos "cogen" por qué nosotros no podemos "echar un palo", por citar un ejemplo.

De igual forma "revolcarse", "dar cabilla", "quimbar", "descargar" y "matar jugada", que si bien resultan más vulgares al oído, son propias de la modernidad y la riqueza del vocabulario. Todo depende de la forma y el contexto en que se utilice.

En el diccionario moderno y criollísimo de acepciones cubanas para decir "hacer el amor", no vas a encontrar ni "tirar", "culear", "mojar" ni el bíblico "fornicar". A lo mejor si "echar un rapidito" (viene de quickly, que significa rápido en inglés) o un "mañanero", tan saludable y agradable para iniciar el día.

En Puerto Rico por su parte sería "hundir pelos", en Chile: "botar el diente de leche", en Colombia: "matar la arrecha", en República Dominicana: "raspar" y en Cuba, "meter el yipe en el fango".

Así de rico es el sexo, digo........el lenguaje.

Tomado: http://www.cubanos.guru/se-dice-amor-cubano/

jueves, 5 de mayo de 2016

Viajando a una de las ciudades universitarias de Italia

El viaje a Bolonia no fue tan fácil como lo pensé, después de llegar a Madrid y de haberme estudiado en profundidad el plano del metro; estando ya en el aeropuerto, tuvimos que esperar más de lo debido por una huelga en los aeropuertos franceses.

Pese a todo, aunque con algo de retraso llegué a mi destino final, Reggio Emilia a una hora de viaje de Bolonia. Y no puedo negarles que esta ciudad universitaria, cuya universidad fundada en 1080, la más antigua del mundo occidentalen muchas ocasiones, al recorrer sus estrechas calles me recordaba a mi Salamanca.

Reggio Emilia fue otro de esos lugares en los que a pesar de tener itinerario listo, al final no hice ni la mitad de las cosas que me propuse. Pero en cambio me metí en cada patio, en cada edificio, museo, mercado, palacio o castillo que encontraba abierto; no me importaba que no supiera parlare italiano, no más saludaban enseguida les preguntaba si hablaban inglés y en la mayoría de los casos "señas que tu conoces".

Es un lugar tranquilo, perfecto para descansar, que presume de su centro peatonal, de sus tranquilas plazas y de ser la ciudad donde nació la bandera italiana.

El centro, se puede recorrer a pie o en bicicleta, y desde cualquier punto de la ciudad es fácilmente accesible a principales puntos de interés como la Piazza Prampolini y la Piazza San Próspero. 

Aunque debo admitir, que fue más que un lugar turístico al que visitar, en todo caso podría considerarla como el trampolín al resto de ciudades que visité. Debido a su posición geográfica puedes planificarte un día de paseo a ciudades como Milán, Florencia, o Pisa. 

Dentro de la misma provincia de Reggio Emilia se encuentra Correggio, un lugar paralizado en el tiempo; sempre le stesse strade le escucho decir a un señor mayor a mi lado, caminando con toda la dificultad y el cuidado que implicaba pisar aquellos adoquines del siglo XV. 

Correggio es la cuna del pintor Antonio Allegri il Correggio, y del teatro  Bonifazio Asioli donde  Luciano Pavarotti dió sus primeros conciertos.

A diez kilómetro de allí se encuentra Carpi, la ciudad que recibió la Medalla de Plata al Valor Militar por su participación en la resistencia contra la ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial.

En medio de la plaza grande, encontramos el Palazzo dei Pio, entre sus muros los nombres de aquellas personas que fueron deportadas a los campos de exterminio masivo nazi. A un costado del palacio, el museo que guarda las imágenes, piezas y algunos pasajes de aquellos espantosos días que ha presenciado la historia de la humanidad. En el patio y en el centro del lugar un monumento erigido a esas víctimas.

Llegar para el almuerzo de Verona nos costó casi dos hora de viaje y un de pié a las ocho de la mañana. Aunque había más gente para entrar en casa de Julieta, que en el propio restaurante donde comimos.

Para mi fue una ciudad increíble; específicamente la casa de Julieta es una locura, estuve a punto de desistir entrar porque era demasiada la gente que había allí. Los turistas en especial los chinos son del terror, caen en bandadas y apenas podías caminar entre la multitud. Entrar a la casa y hacerme la foto en el balcón que Shakespeare describiera en su obra; fue imposible.

Pero si colgé mi mensaje en la muralla de la entrada, y luché contra viento y marea para llegar hasta la estatua de bronce de Julieta, para sacarme una fotografía tocando su seno derecho, ya desgastado. Según la tradición si lo haces volverás a Verona y seguramente encontrarás el amor verdadero, yo por si acaso le toqué el derecho y el izquierdo también.

En definitiva, la mejor escapada que puede plantearse es viajar a Italia y conocer más allá de las pastas, la pizza y el lambrusco. Ver el contraste entre la ciudad y el campo. El mezclarse con la gente propia del lugar y escucharlos hablar que aunque parezca que están discutiendo sólo están conversando; ver los grandes cultivos de uvas, las granjas.  

Espero que haberle tocado los senos a Julieta me sirva para regresar a Verona y conocer el resto de Italia también. Aún me queda mucho por descubrir de este increíble país.

jueves, 7 de abril de 2016

Viajando a la capital musulmana de España

De todos los que se apuntaron al viaje, finalmente terminamos siendo seis de camino a Andalucía: una vasca, un sevillano, un cordobés, uno de Cuenca, Tristón y yo.

Unos primeros, otros después nos fuimos incorporando a lo que iba a ser nuestro lugar de descanso ese fin de semana.

Casa en  una de las arterias principales de la ciudad, ubicada además en el casco histórico, donde apenas se podía transitar en coche; tres habitaciones (una por cada planta), "wifi", terraza para tomar el sol, azotea con vista al Guadalquivir y todo el material turístico de Córdoba a nuestra disposición.

Con tal de alejarnos de los circuitos turísticos tradicionales y adentrarnos más en la Córdoba urbana, en la que no sólo visitas lugares, sino que conoces y te relacionas también con la gente; alguien del equipo se encargó de elaborar el itinerario del viaje; en el cual se recogían, los posibles lugares a visitar, precios, horarios de apertura, cuáles eran gratuitos o no, y más importante aún, los que daban la posibilidad de pagar tarifas reducidas por ser estudiante.

Caminar por esta ciudad milenaria, recorrer su casco histórico, que además es el segundo más grande de Europa, y el mayor espacio urbano del mundo declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO; me recordaba los domingos en los que cuando no tenía trabajo por hacer, me iba a desandar por La Habana Vieja. Aquellas calles de adoquines, los negocios, los puestos de ventas para los turistas, gente por doquier, ruinas de edificios antiguos. Y los calores que hacían durante la luz del día, aunque no con tanta intensidad como en la isla, me recordaba el por qué no salía mucho de día en Cuba.

+Córdoba Misteriosa, fue más que una foto grupal; nos dejó una señora vestida de blanco, una psicofonía que nos acompañaba a cada sitio donde estábamos, y un data show portátil que salía a relucir en cada pared en blanco que nos encontrábamos en nuestro paso por la ciudad.

Invitados de honor en el 4 Fases; con mojitos cubanos y música en vinilo. Allí fue nuestra primera cena y donde dábamos las conclusiones cada noche de nuestra estancia en Córdoba.

El dormir nos fue sumamente fácil; difícil era el despertar antes de las doce del día para llegar temprano a cualquier sitio, por suerte ahí estaba Jose, residente madrileño pero todo un cordobés, que aunque tuvo que dejar el grupo por problemas familiares, con él, se nos facilitó la entrada a muchos lugares.

Queríamos hacer tantas cosas según itinerario, pero el tiempo casi no nos alcanzaba para el día a día; y es que con tantos lugares impresionantes, las historias, relatos de los visigodos, templarios, del califato, del cristianismo;  al final no puedes recorrerlo todo.

Visitamos la +Mezquita de Córdoba y actual catedral, el monumento más importante de todo el Occidente islámico y uno de los más asombrosos del mundo; que junto al Puente Romano, el río, y la Puerta del Puente forman la más conocida faceta y una de las vistas más exquisitas de la ciudad.

Recorriendo el barrio de la Judería, llegamos a la Sinagoga, única en Andalucía y tercera de las mejor conservadas de la época medieval de toda España.

Caminando por aquellas calles estrechas puedes llegar a la Calle Cabezas, a la Calleja de la Hoguera, y la del Pañuelo. Pero la más cautivadora de todas es la Calleja de las Flores. Una de las más tradicionales de la ciudad, estrechita y sinuosa, sube en una suave pendiente hasta la pequeña plaza en la que desemboca. Y desde la fuente que centra la plazoleta podemos disfrutar de una de las más bellas vistas de la torre de la Catedral.

Córdoba es una de esas ciudades en las que no se necesita que sea primavera para engalanar los patios, en las que no se siente que el invierno es frío, en la que convives con los colores de las flores y de las macetas que cuelgan de sus balcones. Y precisamente los patios más bonitos y que por nada del mundo puedes dejar de visitar son los del +Palacio de Viana.    

Dicho lugar acoge numerosas colecciones de todo tipo (pinturas, vajillas, mosaicos, tapices, azulejos y armas de fuego). Cuenta además con una gran biblioteca que recoge libros que datan de los siglos XVI al XVII y con un total de doce patios y un jardín; los cuales representan no sólo los patios señoriales y monumentales, sino también los populares, modernos, patios de trabajo, interiores, semiabiertos o ajardinados.

Y si de historia se trata, nada como las Caballerizas Reales construidas en 1570 por órdenes de Felipe II, dando riendas sueltas a su afición por los caballos y a su proyecto de crear el pura raza español; y el Alcázar de los Reyes Cristianos que ha sido testigo de los acontecimientos más cruciales para esta ciudad; como los romanos, visigodos y musulmanes, reyes católicos, Cristóbal Colón o la inquisición. Todo ello, contenido en un sólo monumento. 

De la gastronomía no tengo quejas tampoco; el salmorejo, flamenquines, japuta en adobo, y tostadas con aceite de oliva y tomate en el desayuno en alguna que otra terraza, fueron del disfrute popular de todo el grupo.

Tal y como llegó el fin de semana, así mismo se fue; y muy por el contrario de otras veces en las que por mucho que adornaba el relato de las aventuras al contarlo el lunes; esta vez cuando dije que había sido brutal; el bronceado, la sonrisa y el cansancio en general; daban fe que no estaba exagerando.

martes, 15 de marzo de 2016

Lunes de aguas: una tradición salmantina

Mientras mis amigos, la Universidad de Salamancayo nos alistamos para una semana más de vacaciones; la gente se prepara para revivir una de las celebraciones más arraigadas de la ciudad. Una tradición que constituye el principal acontecimiento religioso de la capital charra.

Por sus consecuentes connotaciones culturales; la Semana Santa en Salamanca fue declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional en el año 2003. 

Posterior a la Semana Santa, llega el Lunes de Agua, cuyo nombre se debe al día en que se realiza (lunes siguiente a la finalización de la Pascua) y el lugar donde se celebra (en la ribera del río Tormes a su paso por la capital).

Actualmente es una jornada en la que se reúne la familia y los amigos para pasar un día junto al río; comer, beber, bailar e incluso para celebrarse algún que otro "botellón"... pero hubo un tiempo en el que era sinónimo de desmadre desmesurado, y sobre todo, un día donde los seres humanos disfrutaban nuevamente de los placeres carnales del sexo sin contemplación alguna.

En noviembre de 1543, Felipe II llegó a Salamanca para contraer matrimonio con María Manuela de Portugal. El rey español era un hombre sobrio, recto y  poco dado a ningún tipo de celebración que no fuese de índole religioso. A su llegada quedó sorprendido del vicio y desinhibición que había en la ciudad universitaria. Tuvo entonces una idea para evitar el pecado, o al menos la tentación, durante la cuaresma y la semana de Pasión.

Promulgó entonces un edicto que hacía extensible la prohibición de comer carne durante este período, también al aspecto más lascivo de la expresión: el contacto carnal. Se prohibía además cualquier tipo de celebración o jolgorio que no fuese estrictamente religioso y obligaba al cierre de todos los burdeles de la localidad, teniendo además que abandonar la ciudad todas las prostitutas que allí ejercían; trasladándose a la otra orilla del río Tormes.

Durante ese exilio las prostitutas quedaban bajo la vigilancia de un clérigo, el Padre Lucas; si bien su papel más importante estaba en estas semanas, también asistía a las prostitutas el resto del año. Cogió tal popularidad el religioso que acabó siendo conocido entre la población salmantina como "el Padre Putas".

El primer lunes tras la semana de Pascua, el Padre Putas retornaba con las alegres comadres a la ciudad, tal y como se fueron; al parecer por ser impuras se le impedía el paso por el único puente de la ciudad de aquel entonces, el Puente Romano de Salamanca.

Los estudiantes ese día regaban de flores las orillas, iban en procesión con cánticos, músicos y fiestas; donde aquellas doctoras de la cátedra del placer eran recibidas como auténticas reinas. Las mujeres cortaban pequeñas ramas que agitaban para llamar la atención de algún cliente conocido o nuevo; de ahí la palabra ramera.

Luego venía el festejo, y la comida de rigor era el hornazo (empanada con chorizo, lomo, jamón y antiguamente huevo), que además simbolizaba el regreso de la carne a la dieta cotidiana. Los salmantinos acudían también a la ribera del Tormes, se merendaba en familia o con los amigos y ya tenían la excusa para satisfacer el morbo y de paso participar, quien pudiera, de la fiesta.

Con los tiempos la ciudad ha cambiado, las prostitutas no hacen vacaciones, ni viajes al otro lado del río y los rigores cuaresmales son bastantes menos rigurosos; pero el Lunes de Aguas permanece; aunque ahora es algo familiar. Señala el final del invierno y la entrada real de la primavera. Una fiesta que fue de culto a la carne, la propia unida a la ajena y la otra carne; la que se toma en forma de alimento. Cada cual se administra su dosis, tal como quiera tomarla.

Salamanca se queda VA-CÍ-A. Cierra el comercio, la hostelería, se para TO-DO; y todo el mundo con su hornazo desfila en busca de cualquier rincón en el que se pueda aparcar el coche y extender una manta.

Así, hace más de cinco siglos; una vez al año, un lunes de primavera, Salamanca merienda al recuerdo de otros tiempos

jueves, 25 de febrero de 2016

Los mismos miedos de siempre

Cuando tenía seis años de edad, mi madre me dejó quedarme despierto hasta tarde para mirar la película El hombre lobo. Les aseguró que lamentó su decisión; y eso que en aquel entonces en casa, disponíamos de un televisor Krim 218 y la calidad de la imágen no permitía disfrutar muy bien del elenco de actores de aquel largometraje

Pero lo mejor de la historia vino después; la película me dejó completamente convencido de que aquel hombre estaba todas las noches rondando nuestra sala, buscando su comida predilecta; que era un muchachito de seis años.

Mi temor presentó problemas. En algunas noches en las que necesitaba llegar a la cocina por un vaso de agua, me moría de la sed, pero ni muerto atravesaba por la sala. Para llegar al baño desde mi dormitorio también tenía que pasar cerca de sus garras y sus colmillos, algo que yo era reacio a hacer, sentía que venía detrás de mi. Más de una vez fui al cuarto de mi mamá y la desperté. Al igual que Jesús en la embarcación, mi madre estaba completamente dormida en la tempestad ¿Cómo puede dormir una persona en un momento como ese?

La recuerdo aquella noche, entreabriendo un ojo y soñolienta, cuando de pronto me pregunta pero, ¿por qué tienes tanto miedo? ... Oh sí, el hombre lobro, refunfuñaba. Y como todas las noches, me agarró de la mano, me acompañó a todas mis diligencias y me d la charla de siempre "Esas son historias; cosas que no son reales, a las cuales no debes temerle porque no existen. Ni a eso, ni a los muertos se les debe tener miedo. Ténle miedo a los vivos".

A partir de entonces, comencé a temerle a los muertos; no podía ver películas de terror, ni policíacos, ni suspensos, al día de hoy tampoco las miro. Luego se sumaron otros miedos como a la oscuridad (aún duermo con una luz encendida), miedo a los bichos, a la rana, al monte, a caminar sólo por una calle muy tarde en la noche.

Pese a todo ello, hago lo posible por mantenerme al margen de muchas situaciones, como por ejemplo ir a un cementerio; y sobre esto quería hablarles.

Resulta que hacía tiempo estaba por ir al Escorial, por las historias que me contaban mis compañeros, de que era muy bonito, por el patrimonio que allí se encuentra, y porque quería conocer también un poco más de la cultura española. Llego al Escorial, pago a mitad de precio por ser estudiante, me entregan el plano. La muchacha muy atenta hace lo posible por hacerme un recorrido jugando con el tiempo que disponía. Y de buenas a primeras me dice "y por aquí se va a la cripta real", me hago el desententido sigo leyendo el resto de las setenta salas que aparecían dibujadas en el mapa, ella me explica otro recorrido y finalmente termina "y sino no te da tiempo, por aquí vas directo hacia la cripta real"¿Qué le hace parecer a ella, que no la había escuchado? ¿Tenía que repetírmelo?

Aunque evidentemente nunca pensé que se refería a un cementerio; un cementerio real, pero cementerio al fin, descansan los restos mortales de personas. Tampoco pensé que efectivamente descansaran los restos de los reyes de España

Estuve evitándolo por un rato; pero aún así, bajé porque suponía que iba a ser maravilloso estar en el Panteón Real, bajé acompañado aprovechando un grupo de turistas que se disponían a hacerlo, todo cagado; pero firme en el lugar. Pasé además por el Panteón de los Infantes; y la arquitectura, la belleza y la dedicación con la que fueron diseñados y el lugar en general me pareció muy impresionante

Posteriormente me cuentan que al morir los reyes, estos no son sepultados directamente en el Panteón, previamente y durante unos 25 años; descansan en una sala cercana conocida con el nombre de “Pudridero”. Sala por la cual pasé y ni me dí cuenta, por suerte

Luego como sino bastara y para saciar mi curiosidad y mis ansias de lectura, googleo "El misterio del pudridero de El Escorial". Suficiente para una noche. 

Dos tilas y una taza de Bien Dormir para conciliar el sueño, ejercicios de relajación y "Mucho cuidado con alguien dormirse primero que yo". Y aún así estuve viendo momias en una semana.

A todas estas, aún dudaba en escribir sobre eso. Pero luego me dije ¿qué tiene de malo? Todos tienen algún miedo; el mio me mantiene al menos con los pies en la tierra.